A sus 22 años, Fátima Pérez Sastre, después de volver de su segundo año de ingeniería biomédica en Corea del Sur, empezó con unas prácticas en BioDan para realizar la investigación y desarrollo de una impresora en 3D que imprime piel.
Durante su etapa en BioDan no solo colaboró con grandes científicos de diferentes sectores sino que tuvo la oportunidad de asistir a ferias en el exterior.
Fátima firme por su apuesta continua su formación en Madrid estudiando un máster de gestión en el sector de la biotecnología con el fin de completar su formación como ingeniera.